martes, 30 de agosto de 2011

Sila Illanes pequeña biografia

Serenata en Puquio. En los años setenta, cuando en Lima se bailaba el rock and roll, la pequeña Sila se conmovía todas las noches al oír los huaynos a través de los altoparlantes de la Municipalidad de Puquio, Ayacucho, su tierra natal. Al amanecer, soñaba con ser artista e imitaba a quienes había escuchado. “Yo puedo cantar mejor que ellos”, aseguraba en la intimidad. Entonces, decidió aparecer en público. Al principio en su escuela y después en todo Puquio. “Aunque mi papá nunca estuvo de acuerdo con que yo cantara, mi mamá era mi cómplice. Cuando mi hermana Julia y yo salíamos de noche a los ensayos de la Estudiantina Puquio dejábamos la puerta entreabierta para volver. Pero un día, papá nos descubrió y discutió con nuestra madre”, cuenta. Una nueva voz. Al concluir los estudios secundarios, Sila Illanes viajó a Lima con el deseo de tener su gran oportunidad. “Ayudada por mi tía, quien me acompañaba a todas partes, debuté en diciembre de 1979 en el Teatro Segura. Pero tuve que retornar a mi tierra por motivos de trabajo y en ese lapso mi hermana Julia grabó Retamita y comenzó a ser reconocida en la capital.” Un día, decidió dejarlo todo y cumplir el sueño de ser artista. Eran los tiempos en que la violencia terrorista golpeaba a los pueblos andinos. “Todo fue muy difícil, porque nadie me dio la mano. Tuve que trabajar mucho para ser yo misma”. Inclusive, cuando falleció su madre tomó su lugar y cuidó de sus hermanos menores. Sila Illanes calla cuando recuerda los momentos tristes de su vida. Respira profundamente, me mira con firmeza y prosigue.